Cuando pensamos en Santiago, inevitablemente lo primero que se nos viene a la mente es la imagen de la Catedral. Pero más allá de los iconos jacobeos, la ciudad esconde tesoros como el acueducto de Ponte Mantible, una joya de la ingeniería medieval que, a pesar de su discreta presencia, ha sido testigo del devenir de la capital de Galicia durante siglos.
Acompáñanos a descubrir hoy una de las cosas más curiosas qué ver en Santiago de Compostela, haciendo un recorrido por su fascinante historia. ¡Allá vamos!
Historia del acueducto de Santiago de Compostela
A finales del siglo XI, Santiago de Compostela experimentaba un auge demográfico sin precedentes en su historia. La ciudad, desbordada por la afluencia de peregrinos y su propio crecimiento, se enfrentaba a un desafío: garantizar el abastecimiento de agua.

Las fuentes existentes resultaban insuficientes para satisfacer las necesidades de una población en constante aumento, llegando incluso a afectar a la vida cotidiana de las comunidades religiosas, como la de los monjes de San Martiño Pinario.
Esto también afectaba a los numerosos peregrinos que llegaban a Compostela que, ante la falta de agua, se veían obligados a comprarla a precio de oro a los mercaderes de la zona, que se aprovechaban de la situación.
Ante esta situación, Don Diego Xelmírez, primer arzobispo de Santiago, tomó cartas en el asunto. Impulsado por la necesidad y con el asesoramiento de su tesorero, el Mestre Bernardo, ordenó la reconstrucción de un antiguo acueducto que databa de la época del obispo Sisnando I, aprovechando así una infraestructura preexistente.
Si bien la fecha exacta de inicio de las obras sigue siendo incierta, se conoce con precisión la fecha de culminación del proyecto: el 11 de abril de 1122. Esta fecha se encontraba grabada en la Fonte do Paraíso, punto de llegada del agua canalizada.

Lamentablemente, en la Praza de la Acibechería, hoy en día no queda rastro alguno de esta fuente ni de la placa con la inscripción original en latín, donde el Mestre Bernardo dejaba constancia de su participación en la obra.
El acueducto, una obra de notable envergadura para su época, captaba el agua de dos manantiales situados en el Monte de Vite, los de Chan de Curros y Fonte Branca.
Desde allí, el agua era conducida a través de un sistema de canales hasta el Convento de Santa Clara, donde se dividía en dos ramales principales.
El primero se dirigía hacia la Atalaia, atravesando la Porta de San Roque y Algalia de Arriba hasta la Praza de Cervantes. El segundo ramal, por su parte, descendía por la Acibechería hasta la Fonte do Paraíso, tras cruzar Rúa dos Loureiros y la Porta da Pena.
Con el paso de los siglos, el acueducto no solo se mantuvo en pie, sino que fue objeto de ampliaciones y mejoras. En el siglo XVIII, la red se extendió hasta la Alameda y el Colexio de Fonseca, y el propio acueducto de Ponte Mantible fue rehabilitado, incorporando una arqueta que aún hoy sigue en funcionamiento.


El acueducto de Ponte Mantible hoy en día
A pesar del paso de los siglos, el acueducto de Ponte Mantible sigue siendo una pieza fundamental en el sistema hidráulico de Santiago de Compostela.
Esta estructura histórica, con sus característicos tres arcos de mampostería, no solo permanece en pie como testimonio del ingenio medieval, sino que continúa cumpliendo su función original abasteciendo a varias fuentes históricas de la ciudad.
Fuentes tan emblemáticas como la de la Praza do Toural, la de la Praza de Cervantes o la de la Praza de San Miguel dos Agros, entre otras, reciben agua de la Rede de Mananciais de Chan de Curros, la misma que se canaliza a través del acueducto.
Un agua que, por cierto, se somete a un riguroso control de calidad. Diariamente se inspecciona en el propio acueducto, y mensualmente se realizan análisis más exhaustivos para garantizar que cumple con todos los parámetros sanitarios.
Así que ya sabes, la próxima vez que bebas agua en una de estas fuentes, recuerda que estás disfrutando de un legado que sigue vivo gracias al acueducto de Ponte Mantible.
¿Qué hacer cerca?
Seguro que después de visitar el acueducto de Ponte Mantible todavía te quedan ganas de seguir descubriendo la ciudad, por eso vamos a darte algunas ideas que te vendrán genial para completar la visita.
Y es que, más allá de la famosa catedral o las calles del casco antiguo, en Santiago de Compostela hay muchos sitios bonitos que ver y muchas cosas que hacer que no suelen salir en las típicas guías turísticas.
A poco más de 10 minutos andando se encuentra el Parque de la Almáciga, uno de los mejores miradores de Santiago de Compostela. Desde su cima podrás ver una bonita panorámica de los tejados del casco antiguo de la capital de Galicia, con las torres de la catedral dominando la escena.

Desde allí, el casco antiguo compostelano y sus famosos bares de tapas se encuentran a un paso. ¿Quieres una recomendación personal? No te vayas de Santiago de Compostela sin probar la tortilla de La Tita o los mejillones del Bar Trafalgar.
Por el camino, en el coqueto barrio de San Roque, te recomendamos hacer una breve parada en el mirador de Costa Vella, desde donde podrás obtener una perspectiva muy diferente y poco conocida de Santiago de Compostela.
Y para acabar la jornada de forma redonda, nada mejor que hacerlo en la Alameda de Santiago. Allí, además de hacerte la típica foto con la estatua de las Dos Marías, podrás seguir disfrutando de bonitas vistas del casco histórico y descubrir lugares curiosos como el Banco de los Susurros o los Bancos de Sargadelos.
¿Cómo llegar al acueducto de Santiago de Compostela?
El acueducto de Ponte Mantible se encuentra al norte de la ciudad, en el barrio de Vite. Concretamente, lo encontrarás en la Calle García Lorca, en pleno Parque Pablo Iglesias, un remanso de paz en medio del bullicio urbano.
Para llegar, tienes varias opciones. Si te apetece estirar las piernas y descubrir más la ciudad, puedes dar un agradable paseo desde el casco antiguo. Desde la catedral, el recorrido te llevará unos 20 minutos y te permitirá conocer el pintoresco barrio de San Roque.
Si no dispones de tanto tiempo y quieres un medio de transporte más rápido, varias líneas de autobús urbano tienen parada en las inmediaciones: la P2, la P1, la 4, la 6 y la 6A.
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