Allá por el siglo XVIII, cuando las patatas ya eran el «oro blanco» de Galicia, se gestó la idea de construir un granero que fuera la envidia de toda la comarca: el hórreo de Carnota.
Junto a los cruceiros y los molinos, los hórreos son la quintaesencia del patrimonio etnográfico y cultural de Galicia. Y el de Carnota, con su imponente presencia, se ha convertido en un auténtico símbolo del patrimonio gallego.
Acompáñanos hoy a descubrir el hórreo de Carnota, un monumento que nos transporta a una época en la que la agricultura marcaba el ritmo de la vida y donde la ingeniosa arquitectura se ponía al servicio de la conservación de las cosechas.
Antes de empezar: ¿qué es exactamente un hórreo?
Para comprender un emblema de Carnota como su monumental hórreo, primero hay que sumergirse en la esencia de estas construcciones que definen el paisaje gallego.
El hórreo es mucho más que un simple granero; es una ingeniosa solución arquitectónica tradicional, diseñada para secar, curar y almacenar el grano (principalmente maíz), manteniéndolo a salvo de la humedad del suelo y de los roedores.
Su estructura característica se eleva sobre pilares (pés o esteos) rematados por discos de piedra (tornarratos), una barrera infranqueable para los animales.
Sobre esta base se levanta la cámara de almacenaje, cerrada por muros (penais) y coronada por un tejado, por norma general, a dos aguas donde se asientan elementos como los pinches, las sobrepenas, los pináculos y en algunos casos cruces.

Aunque su imagen más icónica es la de piedra y madera, los hórreos presentan una gran diversidad. Sus orígenes se remontan a estructuras primitivas de varas entrelazadas, similares a cestos con techos de paja que, con el tiempo, se usaron como hórreos auxiliares.
Después, evolucionaron hacia tipologías más robustas, surgiendo dos grandes grupos: los construidos íntegramente en piedra, característicos de zonas como la Mariña Lucense y la Costa da Morte, y los hórreos mixtos, que combinan la cantería en elementos estructurales con la madera en los cerramientos para optimizar la ventilación del grano.
Más allá de los materiales, la riqueza del hórreo gallego se manifiesta en sus cerca de treinta estilos arquitectónicos, que varían sustancialmente según la comarca.
Cada uno con sus particularidades, encontramos diseños tan definidos como el estilo Fisterra, Rianxo, Mahía, Mariñán, Salnés o Fonsagrada. El hórreo de Carnota, sin ir más lejos, es un uno de los mejores exponentes del estilo Noia.

Por cierto, ¿sabías que existen decenas de formas de llamar a un hórreo según la zona de Galicia? Panera, piorno, cabazo, canizo, cabaceiro, garai, espigueiro, canastro, etc. Sin duda, una asombrosa variedad que sirve para darse cuenta de la profunda integración de esta construcción en la vida rural.
El hórreo de Carnota: un símbolo de la Costa da Morte
Si bien es cierto que el municipio coruñés de Carnota es famoso por sus increíbles playas, no menos cierto es que también lo es por su hórreo, que siempre está marcado en rojo en todos los itinerarios de viaje de los turistas que visitan la Costa da Morte.
Y no es que lo digamos nosotros, sino que lo dicen los miles de viajeros que se acercan año tras año a admirar esta maravilla de la arquitectura popular.
Declarado Bien de Interés Cultural, este coloso de piedra puede presumir con orgullo de ser el tercer hórreo más grande de Galicia. Y es lógico, si tenemos en cuenta que mide casi 35 metros de largo y 1,90 metros de ancho.

Imagina la cantidad de maíz, trigo y patatas que se podían almacenar aquí en el pasado… Hoy en día, aunque ya no se usa como granero, sigue siendo un símbolo de la cultura gallega y uno de los monumentos más emblemáticos de Galicia.
Sin embargo, como suele decir el dicho, unos se llevan la fama y otros cardan la lana. Y es que muy cerca del hórreo de Carnota se encuentra el de Lira, que le supera en longitud con sus más de 36 metros, aunque solo tiene 1,60 metros de ancho.
Es más, si de hórreos grandes hablamos, hay que buscarlos más al sur. Y es que el privilegio de ser los mayores hórreos de Galicia lo tienen los de Araño en Rianxo (37,05 metros de largo por 2,40 de ancho) y el de Poio (33,46 metros de largo por 3,37 de ancho).
Sea como sea, el de Carnota ha alcanzado una fama inigualable. ¿Los motivos? Quién sabe… Quizás sea por su ubicación privilegiada a escasos metros del centro de Carnota o por el bonito conjunto arquitectónico que forma junto a la iglesia y el palomar.
Eso sí, no creas que es el único hórreo en Carnota. Y es que en el municipio carnotano hay catalogados más de 900. Aunque ninguno como este coloso, que se alza imponente sobre el verde paisaje, desafiando el paso del tiempo.
¿Cómo es el hórreo de Carnota?
El hórreo de Carnota no es solo grande, ¡es monumental! Y no es solo una forma de hablar, puesto que fue declarado Monumento Nacional en el año 1973.
Construido íntegramente en sillería de granito, este hórreo esconde detalles fascinantes que lo hacen único. Con casi 35 metros de largo y cerca de 2 de ancho, se alza sobre 22 pares de pies, conformando una estructura imponente que lo convierte en una auténtica obra maestra de la arquitectura popular gallega.
Su construcción se inició en el año 1768 bajo la dirección del arquitecto local Gregorio Quintela, pero no fue hasta 15 años después, en el año 1783, cuando se completó con la adición de 11 pares de pies más.

Alrededor del tamaño del hórreo de Carnota hay también una curiosa historia. Cuentan las malas lenguas que había una gran rivalidad entre los párrocos de Lira y Carnota. Por eso, cuando los de Lira construyeron el suyo, el párroco de Carnota decidió ampliarlo.
Las hileras horizontales de piedra que forman su cámara cerrada no solo le confieren un aspecto característico, sino que también cumplen una función esencial: permiten la ventilación y la correcta conservación de los productos que antaño se almacenaban en su interior, principalmente maíz y otros granos.
El hórreo de Carnota pertenece al estilo «noiés», típico de la zona entre la Costa da Morte y la ría de Muros y Noia. Este estilo se distingue por el uso exclusivo de la piedra en su construcción, a excepción de la puerta, que es de madera.
Aunque la decoración es escasa, uno de sus extremos presenta elementos ornamentales de estilo barroco con dos pináculos flanqueando una cruz asentada sobre una bola.
Un detalle curioso son los conocidos como «tornarratos», unas piezas circulares de piedra que sobresalen en la parte superior de los pies. La función de esta ingeniosa solución es evitar que los roedores accedan al grano almacenado.
Un conjunto arquitectónico ejemplo del barroco rural
Como pasa con muchos hórreos en Galicia, el de Carnota no se entendería sin la presencia de la iglesia de Santa Comba que, junto a la casa rectoral y el palomar, forma un conjunto arquitectónico digno de visita.
El templo, un bello ejemplo del barroco rural gallego de la época, tiene planta de cruz latina y dos naves laterales y destaca por su fachada de piedra, trabajada con la maestría característica de los canteros de la época, y su esbelto campanario.
La distribución del conjunto no es casual. Y es que antiguamente, muchos hórreos pertenecían al clero, que recibía parte de las cosechas de los campesinos como diezmo. Este impuesto, que se llevaba una parte de la producción, nos recuerda el importante papel que jugaba la Iglesia en la vida rural gallega.
Más allá del hórreo de Carnota: ruta por los alrededores
Aunque el hórreo es la gran estrella de Carnota, a menos de media hora hay un sinfín de atractivos. Te proponemos un itinerario en coche de un día, intenso pero inolvidable, que te llevará desde villas marineras hasta paisajes míticos.
Una buena forma de empezar el día es en la villa medieval de Muros. Considerado uno de los pueblos más bonitos de A Coruña, su encantador casco antiguo es un compendio de calles empedradas y casas marineras por el que es un placer perderse.

Ya en dirección al norte, no pierdas la ocasión de hacer una parada en el emblemático Monte Louro que, junto a la laguna de agua dulce de As Xarfas, constituye uno de los paisajes más característicos de la costa coruñesa.
El mediodía se centra en Carnota. Primero, una parada obligada ante el monumental hórreo y su conjunto barroco, para después dar un largo paseo por la infinita playa de Carnota, un paraíso natural de siete kilómetros que te enamorará.
Tras ello, nada mejor que reponer fuerzas en alguno de los excelentes restaurantes de la zona. Y es que aquí se come muy bien. Si quieres triunfar, te recomiendo Mar da Morosa, donde podrás probar los mejores mariscos y pescados de la zona. Y no es solo una forma de hablar, ya que cuentan con su propio vivero de marisco en el restaurante.
Por la tarde, el paisaje se vuelve más agreste con la llegada al legendario Monte Pindo, considerado el Olimpo Celta. Los más aventureros pueden afrontar su cima a través de una exigente ruta de senderismo de cinco horas, ida y vuelta. Para los demás, su simple contemplación desde la carretera será ya una experiencia en sí misma.
Para acabar el día con nota, visita la cascada del Ézaro, la única de Europa que desemboca directamente en el mar. El espectáculo al atardecer o con la iluminación artificial instalada durante el verano es de los que no se olvidan en un buen tiempo.

Si buscas dónde dormir, te recomiendo encarecidamente alojarte en el Hotel Altonadock Faro de Lariño. Y es que tendrás la oportunidad de dormir en un faro en Galicia, una experiencia ideal para poner el punto final perfecto a la jornada.
¿Cómo llegar al hórreo de Carnota?
El hórreo de Carnota se encuentra muy cerca del centro urbano de la localidad carnotana y está bien señalizado. Si vas en coche, puedes llegar directamente hasta las inmediaciones del hórreo, aunque ten en cuenta que la carretera de acceso es estrecha.
Una vez en la plaza de Carnota, en la carretera AC-550, solo hay que tomar la calle que baja hacia el mar y seguir las indicaciones hórreo de Carnota/praia de Carnota. Si vienes desde Santiago de Compostela, el trayecto lleva poco más de una hora. Y si partes de la ciudad de A Coruña, el viaje toma menos de hora y media.
Otros posts para seguir descubriendo Galicia
Casa do Patrón: descubre el mejor museo etnográfico de Galicia ¡Más de 4500 objetos!
Localizada en la aldea de Codeseda (Lalín), la Casa do Patrón es probablemente el museo…
Los 10 imprescindibles qué ver en Laxe (además de la famosa Playa de los Cristales)
Laxe es un pueblo marinero en la Costa da Morte que sorprende por su autenticidad….
Qué hacer en Galicia cuando llueve: 10 planes geniales que te encantarán
¿Qué hacer en Galicia cuando llueve? Esa es la pregunta inevitable que ronda a muchos…
Torres de Altamira: un fascinante viaje al pasado medieval de Galicia
En lo alto de una colina, dominando las tierras del verde valle de A Mahía,…
Mirador del Monte Muralla: descubre las Rías Baixas a vista de pájaro
En pocos años, el Monte Muralla, también conocido como Pico Muralla o Monte Picudo, se…
Trenes turísticos de Galicia: 14 rutas para una experiencia inolvidable sobre raíles
Los trenes turísticos de Galicia son una manera única de descubrir la magia de esta…
Descubre todas las actividades qué puedes hacer en Carnota y alrededores
En Galicia Slow Travel creemos ante todo en la transparencia. El 100% de nuestros contenidos son originales, basados en nuestras experiencias. En algunos artículos podemos incluir enlaces de afiliados, lo que nos ayuda a mantener este blog y a seguir ofreciéndote el contenido de calidad que esperas de nosotros. En cualquier caso, puedes estar totalmente seguro de que ninguna marca o empresa influye en nuestras recomendaciones, que siempre son honestas e imparciales.
Deja una respuesta