
Si alguna vez has soñado con dormir en un pazo en Galicia, tenemos una muy buena noticia: ese sueño es mucho más fácil de cumplir de lo que imaginas.
Y es que, en los últimos años, muchos de estos históricos edificios han abierto sus puertas transformados en exclusivos alojamientos rurales, ofreciendo una experiencia que combina a la perfección historia, naturaleza y confort.
Estos pazos, antiguas residencias de la nobleza gallega, han sido restaurados con mimo, preservando su esencia y arquitectura original. Sus muros de piedra, jardines cuidados al detalle y salones con chimenea crean el ambiente perfecto para viajar al pasado, pero sin renunciar a las comodidades del siglo XXI.
Alojarse en un pazo es mucho más que dormir en un hotel. Es desconectar del mundo en un entorno natural privilegiado, explorar la historia de Galicia a través de sus rincones y sentirse, por unos días, como un auténtico noble en su propio palacio.
A continuación, te invitamos a descubrir algunos de los mejores pazos gallegos donde alojarte, para que vivas una escapada inolvidable y te dejes seducir por la magia de estas casas señoriales. ¡Empezamos!
Dormir en un pazo en Galicia: toda una experiencia
Dormir en un pazo en Galicia es una experiencia que trasciende el simple alojamiento. Es un viaje en el tiempo, una inmersión en la historia y la cultura de Galicia, en un entorno de naturaleza y encanto singular.
Los pazos gallegos, casas solariegas de origen noble que florecieron entre los siglos XVII y XIX, fueron escenario de la vida social y económica de la Galicia rural, sirviendo como residencias para la aristocracia local.
Hoy, muchos de estos edificios han sido cuidadosamente restaurados y abiertos al público, ofreciendo una oportunidad única de experimentar la nobleza de antaño.
Su arquitectura, con raíces en el siglo XV, evoca las antiguas fortalezas y torres medievales. Un pazo típico se compone de un edificio principal de planta cuadrada o rectangular, rodeado de extensos jardines, con elementos característicos como palomar, capilla, hórreo e incluso bodegas.
Galicia alberga más de 900 pazos catalogados, aunque no todos están abiertos al público. Mientras algunos se han convertido en museos o permanecen en manos privadas, otros han encontrado una nueva vida como exclusivos alojamientos turísticos.
Alojarse en un pazo es sumergirse en un ambiente de tranquilidad y elegancia. Los huéspedes pueden pasear por jardines centenarios, descansar en habitaciones que combinan el encanto histórico con las comodidades modernas y disfrutar de una atmósfera llena de historia.
Muchos pazos se han convertido también en escenarios idílicos para bodas y eventos, aportando un toque de exclusividad. Sin duda, dormir en un pazo en Galicia es una experiencia memorable capaz de perdurar para siempre en el recuerdo.
Los 12 mejores pazos para dormir en Galicia
Desde casonas señoriales con siglos de historia hasta auténticos palacios dignos de un rey, con esta selección de 12 pazos gallegos seguro que encontrarás la inspiración que necesitas para tu próxima escapada por Galicia.
Pazo da Touza (Nigrán)
Localizado en Nigrán, a menos de 20 minutos de la vibrante ciudad de Vigo, el Pazo da Touza es un impresionante pazo bajomedieval del siglo XVI cuya rehabilitación ha conservado toda su esencia señorial.
Catalogado como Bien de Interés Cultural, el pazo da la bienvenida a los visitantes con su imponente torre almenada de tres plantas y su balconada. Hoy, el Pazo da Touza ofrece todas las comodidades del siglo XXI en sus ocho habitaciones (incluida una suite), como WiFi y TV por satélite.

Además, en sus más de 20.000 m² los huéspedes pueden perderse en amplios salones, disfrutar de la brisa gallega en el patio o la terraza, o adentrarse en sus bonitos jardines, donde un fascinante laberinto de bojs invita a la aventura y el romance.
A un paso de algunas de las mejores playas de Pontevedra como Patos y de la villa marinera de Baiona, este pazo es el lugar perfecto para una escapada romántica, un fin de semana en familia o una parada con encanto en cualquier ruta por las Rías Baixas.
Pazo da Trave (Viveiro)
En plena Mariña Lucense, a un paso de la ría de Viveiro, se encuentra el Pazo da Trave, una casa señorial gallega con más de 500 años de historia a sus espaldas.
Construido por la antigua nobleza gallega y asturiana en el siglo XV, este pazo ha sido restaurado con esmero, conservando su esencia señorial y ofreciendo todas las comodidades necesarias para los viajeros del siglo XXI.

Sus 18 habitaciones, decoradas con un gusto exquisito, son el refugio ideal para descansar cómodamente tras un día explorando las maravillas de la Mariña Lucense.
Además, los visitantes pueden disfrutar de los encantadores jardines, refrescarse en la piscina exterior o sumergirse en la tranquilidad de su biblioteca con chimenea. Para quienes buscan relajarse, la sauna proporciona un espacio perfecto para desconectar.
El Pazo da Trave también cuenta con un restaurante donde degustar lo mejor de la gastronomía de Galicia que puede maridarse con la excepcional selección de vinos de su bodega.
Además, es un alojamiento pet-friendly, por lo que los huéspedes pueden disfrutar de la estancia en compañía de sus mascotas, asegurando que toda la familia pueda disfrutar de una escapada en la Mariña Lucense.
Casa Grande de Rosende (Sober)
A escasos minutos de Monforte de Lemos, en el corazón de la Ribeira Sacra, se levanta este majestuoso pazo gallego del siglo XVI que transporta al viajero a la época dorada de la nobleza gallega.
Construido por la poderosa familia Díaz Varela, este pazo destila historia por sus cuatro costados. Y es que entre sus muros se alojaron personajes ilustres, como Carlos Recarey Díaz Varela, descendiente de la familia y virrey de México, e incluso la reconocida escritora Elena Quiroga.
Tras un incendio en 2005, el pazo fue cuidadosamente restaurado, preservando su esencia original con gruesos muros de granito, suelos de castaño y techos de madera artesanal. Hoy en día, sus doce habitaciones combinan con maestría el encanto de lo antiguo con las comodidades modernas, brindando una experiencia única.

Además, sus huéspedes pueden disfrutar del privilegio de explorar la capilla con frescos del siglo XVIII, la solaina, la lareira y las amplias bodegas.
Rodeado por más de 10.000 metros cuadrados de jardines y viñedos, el pazo es un punto de partida ideal para descubrir los cañones del Sil haciendo rutas de senderismo como O Camiño do Monxe.
Pazo da Pena (Manzaneda)
Localizado en la aldea de Rozavales, en el municipio ourensano de Manzaneda, este pazo gallego del siglo XVI de planta rectangular y dos torres sorprende desde el primer momento. Y es que su nombre no es casual, ya que fue construido sobre una gigantesca roca o peña.
Sus habitaciones, decoradas con elegancia y atención al detalle, invitan a la relajación. Algunas incluso cuentan con bañera de hidromasaje, para sentirse como un auténtico rey (o reina). Los espacios comunes incluyen también una antigua biblioteca y una lareira tradicional gallega.

Además, los huéspedes pueden disfrutar de visitas guiadas que muestran la capilla con su magnífico retablo, el telar, la bodega, un museo de objetos antiguos e incluso catacumbas.
Situado a solo 10 minutos de la estación de esquí de Cabeza de Manzaneda y cerca de uno de los bosques más bonitos de Galicia como es el Souto de Rozabales, el Pazo da Pena es ideal para los que quieren hacer una escapada para desconectar rodeados de naturaleza.
Pazo de Chaioso (Maceda)
En el corazón de Galicia, a medio camino entre la villa medieval de Allariz y la Ribeira Sacra, se encuentra el Pazo de Chaioso. Esta casa señorial del siglo XVII, abandonada durante décadas, ha renacido de sus cenizas gracias a una cuidadosa rehabilitación.
Hoy, este pazo se presenta como un Bed & Breakfast con encanto, donde la historia se combina con las comodidades que esperan los viajeros del siglo XXI.
Sus habitaciones, con paredes de piedra natural y vigas a la vista, transportan al pasado sin renunciar al confort. Además, tiene un amplio jardín, ideal para relajarse y disfrutar de la tranquilidad del entorno.
Sin duda, este pazo gallego es el alojamiento perfecto para todos los que buscan una escapada rural auténtica, en un lugar con historia y rodeado de naturaleza, a un paso de la Ribeira Sacra y sus monasterios, cañones y bodegas.
Además, aunque no todos los pazos admiten mascotas, aquí si lo hacen, si bien es siempre recomendable consultar la disponibilidad antes de reservar.
Pazo Xan Xordo (Santiago de Compostela)
Muy cerca de la ciudad de Santiago de Compostela, a tan solo 7 kilómetros, en pleno Camino Francés, se encuentra el Pazo Xan Xordo, un remanso de paz rodeado de un entorno natural privilegiado.
Este conjunto arquitectónico del siglo XVII, emplazado en una finca de más de 64.000 m2, invita a desconectar del mundo y disfrutar de la esencia rural de Galicia.
El pazo, cuidadosamente rehabilitado, ofrece diez acogedoras habitaciones dobles con baño privado y vistas a los jardines donde pasar la noche como un rey.
Además, los huéspedes tienen la posibilidad de relajarse en su salón, explorar la capilla, el hórreo y el cruceiro, o dar un paseo junto al río y su molino de agua.

Su excelente ubicación garantiza fácil acceso al aeropuerto Santiago-Rosalía de Castro y al centro de la ciudad compostelana, con un servicio de autobús situado a solo 3 minutos a pie del pazo.
Los alrededores invitan a realizar actividades al aire libre, como rutas de senderismo, montar a caballo, rutas en bicicleta o incluso jugar al golf en un campo cercano, situado a solo 2 kilómetros.
Pazo de Eidián (Agolada)
En el municipio pontevedrés de Agolada, a un paso del Camino de Santiago, se encuentra el Pazo de Eidián, una casa hidalga del siglo XVI con una historia fascinante.
Construido sobre un antiguo asentamiento templario, este pazo, otrora hogar de la familia noble López de Basadre, ofrece hoy una experiencia verdaderamente única a sus visitantes.
Sus doce habitaciones, decoradas con un estilo rústico que combina la nobleza de la piedra con la calidez de la madera, invitan a desconectar disfrutando de la tranquilidad que solo el rural gallego puede ofrecer.
Y para los más activos, el pazo cuenta con pistas de baloncesto y pádel. Para los que prefieran algo más tranquilo, pueden dar un paseo por su finca de 15.000 m2 y descubrir rincones con encanto, como un olivo centenario con más de 700 años de vida.

Por otra parte, los amantes de la historia encontrarán aquí el punto de partida ideal para explorar la zona. Y es que a pocos kilómetros se encuentra el Castillo de Pambre, una imponente fortaleza medieval que bien merece una visita.
Pazo de Villarés (Gondomar)
Aunque no es un hotel-pazo al uso, sino una vivienda de alquiler vacacional, el Pazo de Villarés bien merece estar en esta lista ya que está catalogado como Monumento Histórico y Bien de Interés Cultural.
Situado en el corazón del Val Miñor, en la parroquia pontevedresa de Vilaza (Gondomar), esta joya arquitectónica del siglo XVIII impresiona por su arquitectura, donde destaca su espectacular fachada sur, formada por arcos de medio punto que abarcan dos plantas.
El interior no decepciona: siete dormitorios, cuatro baños completamente equipados, una amplia cocina y un comedor prometen una estancia de lujo y confort.
Pero es en el exterior donde el Pazo de Villarés despliega todo su esplendor. Un jardín de diez hectáreas, con una piscina, un hórreo y un bosque de árboles centenarios, invita a disfrutar de la naturaleza en estado puro.
Y para completar la experiencia, el pazo ofrece una amplia gama de servicios, desde catering hasta excursiones en barco. Además, se admiten mascotas, por lo que toda la familia podrá disfrutar de una lujosa e inolvidable escapada en este entorno privilegiado del sur de Pontevedra.
Pazo de Esposende (Ribadavia)
Esta imponente casa señorial del siglo XVI se encuentra en la localidad ourensana de Esposende, a menos de 10 minutos de encantadora villa de Ribadavia, uno de los pueblos más bonitos de Ourense.

Enclavado en el corazón de la tierra del Ribeiro, conocia por la calidad de sus caldos, el pazo de Esposende ofrece una experiencia única que combina historia, cultura y gastronomía.
Este alojamiento rural cuenta con once habitaciones, todas ellas completamente equipadas para pernoctar con el máximo confort, con baño privado, televisión, minibar y calefacción.

Además, los huéspedes pueden disfrutar de sus acogedoras zonas comunes, con dos salones con chimenea y una zona de lectura, perfectos para relajarse después de un día de turismo.
Su localización lo convierte en una base ideal para descubrir la zona. Los visitantes pueden sumergirse en la cultura del vino haciendo rutas de enoturismo por la D.O. Ribeiro, relajarse en las termas de Prexigueiro o descubrir la histórica ciudad de Ourense, a solo 30 minutos en coche.
Pazo Santa María (Arzúa)
Esta bonita casa solariega construida en 1742, localizada en el corazón verde de Galicia, ofrece una experiencia única en pleno Camino Francés, combinando la historia con las comodidades de hoy en día.
Originalmente propiedad de Doña María Micaela de la Rua y Don Gregorio de Barrio y Figueroa, el pazo ha renacido de las ruinas gracias a la cuidadosa restauración hecha por una preja madrileña, que ha logrado preservar su esencia dieciochesca.
El complejo consta de un edificio principal de dos plantas, con quince habitaciones dobles (incluyendo dos suites) y una individual, todas decoradas con un estilo que respeta la historia del lugar. Los antiguos establos de la planta baja han sido ingeniosamente transformados en acogedores salones y una biblioteca.
Rodeado por 35.000 m² de jardines, Pazo Santa María ofrece amplias áreas comunes, un distinguido restaurante con capacidad para 40 comensales y terraza con buenas vistas.
Entre sus servicios destacan el alquiler de bicicletas eléctricas, rutas a caballo, talleres de showcooking, huerto propio y servicio de masajes, algo que agradecen los peregrinos que se alojan en el pazo.
Además, las mascotas son bienvenidas, por lo que toda la familia, incluso los peludos de cuatro patas, puede disfrutar de la experiencia de dormir en un pazo en Galicia.
Pazo Cibrán (Vedra)
A solo quince minutos de Santiago de Compostela, se esconde este pazo amurallado del siglo XVIII que parece detenido en el tiempo. Rodeado por un extenso jardín de 12.000 m2, el pazo conserva la esencia de la arquitectura tradicional gallega, ofreciendo una experiencia rural auténtica en un ambiente acogedor y familiar.

Sus once habitaciones, cada una con una decoración única, garantizan una estancia confortable y llena de encanto, digna de la experiencia de dormir en un pazo en Galicia.
Los huéspedes pueden deleitarse con desayunos y cenas elaborados con productos locales y de temporada, servidos en un ambiente relajado que invita a la conversación y al intercambio de experiencias.
El jardín, con sus árboles centenarios y camelias en flor, es un verdadero remanso de paz. Sus diferentes espacios permiten disfrutar de momentos de relax, lectura o incluso románticas veladas al atardecer.
Además, el Pazo Cibrán se posiciona como un punto de partida ideal para explorar la Ruta de la Camelia ya que, dos emblemáticos pazos gallegos de este itinerario, el Pazo de Santa Cruz de Ribadulla y el Pazo de Oca, están situados en las proximidades.
Torre do Río (Caldas de Reis)
Aunque técnicamente no se trate de un pazo, Torre do Río, en el municipio pontevedrés de Caldas de Reis, bien merece un lugar destacado en esta selección por su singularidad y encanto.
Este hotel rural, ubicado en un antiguo complejo textil del siglo XVIII, ha sido restaurado con mimo, preservando su esencia histórica y adaptándola a las comodidades modernas.

La finca de 10.000 m², declarada de Interés Paisajístico por la Xunta de Galicia, se encuentra abrazada por un meandro del río Umia, creando un oasis de serenidad absoluta.
Sus diez habitaciones, decoradas con gusto, ofrecen vistas al río y a los jardines. Los espacios comunes, como el mirador o el salón con chimenea, invitan a la relajación y al disfrute de los pequeños detalles. Y en el exterior, una piscina natural alimentada por el río, un viejo molino y un puente de madera, completan la experiencia.

La gastronomía también tiene un papel protagonista en Torre do Río. Los desayunos, que incluyen repostería elaborada en la propia cocina del hotel y productos locales, son una apuesta segura. Y para cenar, se ofrecen platos de la cocina tradicional gallega elaborados con ingredientes de proximidad.
Mapa con los mejores pazos donde dormir en Galicia
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