Lo cierto es que a Malpica de Bergantiños o la amas o la odias. No hay grises. Yo, personalmente, soy de los que la aman, pero también puedo entender a los que no consiguen entender su encanto, ese genuino caos urbanístico que en Galicia llamamos «feísmo».
Principio y final de la Costa da Morte, este pueblo marinero, antiguo puerto ballenero hace siglos, conserva una esencia que atrapa a todos lo que la visitan.
Quizás sean sus casas de colores amontonadas sobre su siempre vibrante puerto, los paisajes indómitos golpeados por el Océano Atlántico o la silueta de las islas Sisargas, siempre vigilando la escena en el horizonte. Sea lo que sea, Malpica invita a dejarse llevar, a pasear sin prisas y empaparse de esa Galicia auténtica que se vive aquí sin filtros.
Por eso, a continuación, te voy a contar todo lo qué ver en Malpica de Bergantiños, para que aproveches al máximo tu visita a este pueblo coruñés. ¿Preparado para enamorarte?
Una pincelada de historia sobre Malpica de Bergantiños
Como muchos otros municipios de la Costa da Morte, la historia de esta localidad está estrechamente ligada al mar. Documentada ya en el siglo XIII como parte del arzobispado de Santiago, en el XV pasó a manos del conde de Monterrei.
Sin embargo, la época de mayor esplendor de Malpica de Bergantiños llegó en el siglo XVII, cuando se convirtió en uno de los puertos balleneros más importantes de Galicia, gracias a la llegada de numerosos marineros vascos y cántabros.
Tras la decadencia de la caza de ballenas, el pueblo se reinventó, manteniendo su profunda conexión con el mar a través de la pesca de bajura, actividad que aún hoy sostiene su economía y da vida a uno de los puertos más activos y modernos de la Costa da Morte.
Qué ver en Malpica: 12 lugares que no te puedes perder
Malpica de Bergantiños es, sin duda, un punto de partida o de llegada ineludible en cualquier viaje por la Costa da Morte. Así que si quieres inspiración para tus vacaciones en Galicia, no pierdas detalle de lo que te leerás a partir de ahora.
Puerto de Malpica de Bergantiños
El puerto es el alma viva de este pueblo marinero de la Costa da Morte, un lugar siempre animado por el constante ir y venir de barcos y el bullicio de las subastas de pescado de su lonja. Importantísimo enclave ballenero en el siglo XVII, el de Malpica de Bergantiños es hoy en día uno de los puertos de bajura más destacados de toda Galicia.

Organizado en dos muelles, el Muelle Norte alberga la lonja, la fábrica de hielo y las casetas de pescadores, mientras que el Muelle Sur es territorio de las redeiras, guardianas de un oficio artesanal sin el cual no se podría entender la vida marinera del pueblo.
Agrupadas en la Asociación O Fieital, estas valientes artesanas han logrado profesionalizar y dignificar un trabajo tan duro e imprescindible como poco reconocido. Y es que ellas confeccionan y reparan las redes no solo para los barcos de Malpica, sino también para otros puertos gallegos y del norte de Portugal.
Observarlas trabajar en el muelle es siempre un espectáculo. Y también un testimonio vivo de una tradición que se resiste a desaparecer. Si tienes la oportunidad, no dudes en visitar su sede para conocer de cerca este ancestral trabajo y la historia que lo rodea.
Barrio da Atalaia
Uno de los imprescindibles qué ver en Malpica de Bergantiños es el Barrio da Atalaia, uno de los más antiguos del pueblo. Para acceder, lo más sencillo es subir desde la Praza do Cruceiro y dejarse guiar por las calles, dejando siempre el mar a mano derecha.
Es, sin duda, una de las mejores formas de conocer el caótico urbanismo de Malpica, donde las callejuelas serpenteantes y casas apelotonadas desafían cualquier planificación urbana, creando un pintoresco caos que, cuanto menos, no deja indiferente.
Y es que en este pueblo marinero, cada esquina, cada escalinata inesperada, nos hablan de generaciones de marineros que construyeron sus vidas en este promontorio peninsular aferrado, literalmente, al abismo del Océano Atlántico.
A medida que avanzamos, nos encontramos varios miradores desde donde entender la esencia marinera del pueblo. Es el caso del Mirador da Atalaia, desde donde se despliega una bonita panorámica de su siempre activo puerto pesquero.
Pero no es el único. Los miradores de O Bufadoiro y O Picote regalan una de las vistas más espectaculares del golfo Ártabro, con las Islas Sisargas de telón de fondo.
Paseo marítimo de Malpica
En lo que hoy es el paseo marítimo de Malpica de Bergantiños ya no queda ni rastro de las antiguas fábricas de salazón, conserveras y el histórico astillero Carrillo, famoso por construir los tradicionales «rapetóns», una especie de traínas de pequeñas dimensiones.

Y es que a partir de los años 80, esta zona se transformó con la construcción de nuevos edificios, convirtiéndolo en un espacio renovado que bordea la playa de Area Maior, repleto de terrazas que invitan a detenerse y disfrutar del paisaje atlántico.
Durante el verano, el paseo se llena de vida, con locales y turistas que se mezclan para saborear lo mejor de la gastronomía gallega o una refrescante caña frente al mar, rodeados de murales de arte urbano que engalanan algunos de sus rincones.
Pero es en invierno cuando el paseo muestra su otra cara, la más salvaje y auténtica, con las olas rompiendo contra el dique y recordando la fuerza indómita del Atlántico.
Nuestro consejo es recorrerlo hasta la zona de Canido, para recrear la vista con las fabulosas panorámicas de los escarpados acantilados que definen la Costa da Morte.
Casa do Pescador
Inaugurada en 1956 y actual sede de la Cofradía de Pescadores, la Casa do Pescador es mucho más que un simple edificio. Es un auténtico museo vivo que rinde homenaje a la tradición marinera de Malpica a través de la obra del pintor surrealista Urbano Lugrís.
Cruzar sus puertas es sumergirse en un universo artístico dedicado al mar. En la primera planta, el Hogar de los Pensionistas alberga cinco de sus obras, acompañadas de enigmáticas inscripciones que narran el pasado ballenero del pueblo.

En la segunda planta se exhiben un reloj de madera y dos trípticos más firmados por este genial pintor coruñés estrechamente vinculado a Malpica de Bergantiños.
La planta baja acoge el Bar O Pescador, donde los visitantes pueden disfrutar de la gastronomía local viendo la famosa Rosa de los Vientos creada por Lugrís.
Para completar esta inmersión en el legado del pintor, recomendamos hacer una parada en la entrada del puerto junto a la escultura A Balea. Inspirada en una de las ballenas que el artista plasmó en sus obras, es otro claro homenaje al pasado ballenero de Malpica.
Playas de Malpica de Bergantiños
Si de algo puede presumir Malpica es de sus playas, ya que la fuerza del Atlántico ha esculpido aquí arenales para todos los gustos. Desde playas urbanas ideales para un día de sol con todos los servicios a mano, hasta las calas más salvajes y recónditas.
En el centro del pueblo, playas como Area Maior y Canido, que se unen con la marea baja, son ideales para un día en familia, pero también atraen a surfistas por su oleaje.
Sin embargo, más allá del casco urbano, la naturaleza de Malpica de Bergantiños se despliega en todo su esplendor. Es el caso de la preciosa playa de Seiruga, en la desembocadura del río Devá, que se transforma con la marea baja en una gigantesca y tranquila piscina natural, perfecta para el disfrute de las familias.
Para los que buscan escapar del bullicio del día a día, arenales como Seaia o Beo son un remanso de paz rodeadas de entornos de una belleza espectacular.

Los más aventureros, por su parte, encontrarán su particular paraíso en arenales tan singulares como Os Riás y As Torradas, donde las formaciones rocosas y cuevas esconden secretos que solo se revelan con la marea baja.
No podemos olvidarnos tampoco de playas como San Miro o Barizo, que con sus espectaculares paisajes de acantilados y aguas cristalinas ofrecen vistas de ensueño, con el perfil de las Islas Sisargas siempre como telón de fondo.

Santuario de Santo Hadrián
Localizado sobre un promontorio con bonitas vistas, el Santuario de Santo Hadrián es uno de los imprescindibles qué ver en Malpica de Bergantiños. Y es que esta ermita, que data de entre los siglos XV y XVII, es un lugar de peregrinación cargado de historia.
Cuenta la leyenda que Santo Hadrián liberó al pueblo de una plaga de serpientes, un milagro que los locales conmemoran cada mes de junio con una animada romería.
Más allá de su innegable valor histórico y espiritual, merece la pena hacer los escasos 4 kilómetros que lo separan de Malpica de Bergantiños para disfrutar de uno de los miradores más espectaculares de la Costa da Morte.

Y es que las vistas panorámicas que se despliegan desde aquí son, sencillamente, impresionantes, abarcando el pueblo de Malpica, la costa de Razo y las Islas Sisargas.
Y si bien puede llegarse cómodamente en coche, si dispones de tiempo de sobra en tu escapada a Malpica, te recomendamos hacer la misma ruta que cada año hacen los vecinos portando la imagen del santo en la tradicional Romería de Santo Hadrián.
Islas Sisargas
Estas islas, uno de los emblemas de Malpica de Bergantiños, están formadas por los islotes Grande, Chica y Malante. Y aunque hoy son un archipiélago deshabitado, lo cierto tienen una gran historia, ya que antaño estuvieron habitadas y albergaron una ermita.
La isla Grande destaca por su pequeño embarcadero, una playa de aguas cristalinas y un sendero que recorre sus dos kilómetros hasta alcanzar el faro, uno de los más antiguos de la Costa da Morte junto al de Fisterra, puesto que fue construido en 1853.

El acceso solo es posible mediante embarcaciones privadas que parten del puerto de Malpica, lo que convierte la visita en una experiencia exclusiva y muy especial.
Protegidas bajo la figura de Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) e integradas en la Red Natura 2000, las Sisargas son un verdadero santuario para la avifauna marina y un punto de paso crucial para muchas aves migratorias.
Su flora tampoco pasa desapercibida. Y es que especies endémicas, como la Armeria marítima, tiñen de rosa las islas en primavera, en un espectáculo visual inigualable.
Faro de Punta Nariga
Si hay un lugar qué ver en Malpica de Bergantiños sí o sí ese es el Faro de Punta Nariga. Inaugurado en 1995, es el faro más moderno de toda Galicia y una obra maestra de la arquitectura que se integra a la perfección con el salvaje paisaje del entorno, donde todavía pueden observarse varios petroglifos en las rocas.
Diseñado por el famoso arquitecto César Portela, su estructura de granito simula la proa de un barco que se adentra desafiante en el Atlántico. En su mascarón llama poderosamente la atención la escultura de bronce llamada Atlante, obra del artista Manolo Coia, que representa una figura híbrida entre humano y gaviota.
Este vanguardista faro forma parte de la Ruta de los Faros de Galicia, un itinerario de 8 etapas que permite recorrer por carretera la costa gallega entre Ribadeo y Baiona.

No hay mejor plan que quedarse a contemplar el atardecer, cuando la luz dorada ilumina el faro y los acantilados, regalando una estampa realmente inolvidable.
Muíños de Ardeleiro
A escasos kilómetros de Malpica de Bergantiños, en la parroquia de San Cristobal de Cerqueda, se esconde uno de los parajes más sorprendentes de la Costa da Morte: los Muíños de Ardeleiro, conocidos también con el nombre de Muíños de Ribeira.
Localizados en la Ensenada dos Muíños, este pintoresco conjunto de cinco molinos de agua destaca por su singular ubicación: situados en los acantilados, justo al borde del mar, un lugar poco habitual para este tipo de ingenios hidráulicos.

Rehabilitados con mimo, estos molinos, que antaño molían grano aprovechando la fuerza de un arroyo que desemboca en el Atlántico, enamoran a primera vista.
Lo mejor para descubrirlos es recorrer el sendero que los conecta, disfrutando de las espectaculares vistas a los escarpados acantilados y el océano.
Cerca de la ensenada, una cruz de piedra evoca los naufragios acaecidos en este litoral, empeñándose en recordarnos que la Costa da Morte es tan bella como indómita.
Dolmen Pedra da Arca
También en la parroquia de Cerqueda, muy cerca de los Muíños de Ardeleiro, se encuentra otro de los imprescindibles qué ver en Malpica: el Dolmen Pedra da Arca.
Considerado uno de los dólmenes más grandes de Galicia y datado entre el 3500 y el 2700 a.C., este vestigio de la cultura megalítica destaca por su colosal tamaño, a pesar de que su enorme losa de cubierta, de más de 4 metros, se encuentra partida.
Como la mayoría de lugares en Galicia, este dolmen también tiene su propia leyenda. Y la que envuelve a la Pedra da Arca, lo cierto es que es tan fascinante como su historia.
Se cuenta que fue construido por una «moura», un ser mítico de la tradición gallega, quien lo levantó mientras hilaba y amamantaba a su hijo. Sin duda, una historia que añade todavía más magia a este monumento que nos conecta directamente con nuestros ancestros.
Buño y su famosa alfarería
A muy pocos kilómetros de la costa, en el interior del municipio de Malpica de Bergantiños, se encuentra San Esteban de Buño, un pequeño pueblo que es sinónimo de alfarería.
Su tradición «oleira» se remonta al siglo XVI, y la maestría de sus artesanos es tal que ha sido reconocida en el 2008 con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Para sumergirte en este noble oficio, nada mejor que visitar algunos de los numerosos talleres que salpican este pueblo malpicano y, de paso, comprar alguna de sus piezas para llevarte a casa un bonito recuerdo del viaje.

Una parada imprescindible es el Ecomuseo Forno do Forte, un pequeño museo etnográfico donde podrás conocer el modo de vida de estos guardianes de la tradición alfarera gallega, ver el proceso de creación en vivo e incluso modelar el barro con tus propias manos.
Torres de Mens
Localizadas en la parroquia homónima, el conjunto fortificado de las Torres de Mens es otro de los imprescindibles qué ver en Malpica en cualquier visita.
Esta fortaleza con tres torres, catalogada como Bien de Interés Cultural y reconstruida tras las revueltas irmandiñas, es un claro testimonio del poder de los condes de Altamira. Y es que estos influyentes señores feudales también poseyeron otras fortalezas gallegas como las Torres de Altamira o la desaparecida Fortaleza de Folgoso en Ordes.
Aunque su interior es de propiedad privada y no se puede visitar, merece la pena acercarse para contemplar su imponente arquitectura y la historia que rezuman sus muros.
Se cuenta que un pasadizo secreto las conectaba con la cercana iglesia de Santiago de Mens, del siglo XII, una leyenda que añade un toque de misterio a esta fortaleza.
Qué ver cerca de Malpica de Bergantiños: ideas para aprovechar al máximo la escapada
Si bien Malpica de Bergantiños ya justifica la visita por sí sola, lo cierto es que en los alrededores hay mucho que ver. Y es que será por lugares bonitos en la Costa da Morte.
Por ejemplo, a menos de media hora en coche, se encuentra el encantador pueblo de Laxe y la singular Playa de los Cristales, un arenal único en el mundo donde los vidrios erosionados por el mar han creado uno de los paisajes más fascinantes de Galicia.
Para los amantes de la naturaleza, el Refuxio de Verdes en Coristanco es un remanso de paz junto al río Anllóns, con senderos que serpentean entre bosques y antiguos molinos.

Pero la lista de lugares bonitos qué ver cerca de Malpica no acaba aquí. Si organizas una escapada apunta los siguientes destinos ya que están a menos de 40 minutos.
En el municipio de Ponteceso no te deberías perder lugares como el Faro Roncudo y el pintoresco puerto de Corme, la Iglesia de Nosa Señora do Faro, las bonitas dunas de Monte Branco o la Pedra da Serpe, uno de los cruceiros más singulares de Galicia.
También merece mucho la pena hacer una parada en playas como Balarés y Traba, las marismas de Baldaio en Carballo y joyas medievales como el Castillo de Vimianzo o las Torres do Allo, considerado el pazo más antiguo de Galicia.
¿Dónde dormir en Malpica de Bergantiños? Nuestras recomendaciones
Si después de descubrir los encantos de Malpica de Bergantiños, has decidido que ya es tu próximo destino de vacaciones en Galicia, permítenos recomendarte algunos alojamientos que harán que tu estancia sea todavía más especial.

Si quieres vivir una experiencia diferente, dormir en una cabaña es siempre una fantástica opción. Y precisamente Malpica destaca por tener dos de los alojamientos de este tipo más recomendables: Cabanas de Vendaval y Limbo Cabañas, ambos auténticos remansos de paz cerca del mar, ideales para desconectar y reconectar con la naturaleza.
Si prefieres la comodidad de un hotel, el Hotel Fonte do Fraile, a pocos pasos de la playa de Canido, es una excelente opción para una escapada familiar por Galicia. Para parejas o grupos de amigos, los Apartamentos Pensua Sisargas, en el centro del pueblo, destacan por su cuidado diseño, pensado para sentirse como en casa.

Y si te seduce la idea de dormir en el rural, la Casa da Vasca es una apuesta segura. Localizada en un paraje salvaje junto al mar, sus vistas son espectaculares, especialmente al atardecer, que es de esos que no se olvidan. Además, en su restaurante podrás darte un buen homenaje disfrutando de la gastronomía de la Costa da Morte.
¿Cómo llegar a Malpica de Bergantiños?
La forma más cómoda de llegar a Malpica de Bergantiños es en coche. Desde A Coruña, la ruta más directa es por la autopista AG-55, tomando la salida 33 hacia Carballo Norte/Malpica. A partir de ahí solo tendrás que seguir las señales, ya que está bien indicado.
Si no dispones de vehículo propio o no tienes la posibilidad de alquilar un coche, la empresa de autobuses Arriva ofrece conexiones desde A Coruña y otras localidades gallegas.
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