Dicen de él que es la última «catedral» de Galicia, y aunque no ostente ese título oficial, el Templo de la Veracruz de O Carballiño impone su presencia con una majestuosidad innegable.
Y es que esta obra póstuma de Antonio Palacios, una mezcla de estilos arquitectónicos que desafía cualquier clasificación, se ha convertido en el emblema indiscutible de la villa, atrayendo a viajeros de todas partes que quedan prendados de su belleza singular.
Al caer la noche, cuando la luz ilumina cada detalle de su fachada, el templo despliega todos sus encantos, creando una atmósfera casi mágica, que bien podría protagonizar cualquier película.
Historia del Templo de la Veracruz de O Carballiño
El Templo de la Veracruz es la historia de un hombre, el párroco Luciano Evaristo Vaamonde da Cortiña, cuyo sueño y determinación dieron vida a una obra monumental en O Carballiño. Pero sobre todo, es la historia de cómo ese sueño fue posible gracias a la perseverancia y el esfuerzo del pueblo carballinés.
Todo comenzó en el año 1942, cuando el párroco, apoyado por los vecinos, concibió un ambicioso proyecto: levantar un nuevo templo en O Carballiño que no solo reemplazara la antigua iglesia, que se había quedado pequeña, sino que también se convirtiera en un destacado centro de peregrinación en Galicia.
Para dar vida a esta idea, se recurrió al talento del renombrado arquitecto gallego Antonio Palacios Ramilo. Durante un viaje a Ourense, Palacios aceptó el encargo con entusiasmo, viendo en él la oportunidad de crear su segundo gran proyecto religioso en Galicia, tras el Templo Votivo del Mar en Nigrán.
El 26 de junio de 1943 se colocó la primera piedra, bajo la dirección del maestro cantero local Adolfo Otero Landeiro, la persona ideal para interpretar la visión de Palacios. Sin embargo, el destino tenía otros planes: apenas dos años después de presentar el proyecto, Palacios falleció, dejando su última gran obra inconclusa.
A pesar de este revés, Otero Landeiro, con el apoyo de otros profesionales, asumió el liderazgo del proyecto. La construcción avanzó, superando dificultades financieras y retrasos. La imponente torre, que hoy se eleva a 52 metros, comenzó a construirse en 1949, pero no se completó hasta 1957.
A pesar de ello, el templo fue consagrado y abrió sus puertas al culto el 17 de septiembre de 1952, coincidiendo con la festividad de San Cibrán, patrono de O Carballiño.
Los años siguientes vieron cómo el templo se completaba poco a poco, culminando con la construcción del característico arco parabólico con los Doce Apóstoles, obra del maestro cantero local Xesús González.
Finalmente, en julio de 1957, el Templo de la Veracruz vio culminada su construcción, superando milagrosamente las numerosas dificultades financieras que habían amenazado el proyecto.
De los tres artífices originales -Palacios, Otero Landeiro y Vaamonde-, solo el párroco Vaamonde vivió para ver acabado un sueño al que había dedicado más de 30 años de su vida. Falleció en 1961, dejando como legado el magnífico Templo de la Veracruz, un orgullo para todos los carballineses.
¿Cómo es el Templo de la Veracruz?
Lo cierto es que, como pasa con algunas de las obras del genial Antonio Palacios, resulta difícil clasificar arquitectónicamente a la fascinante Iglesia de la Veracruz.
Su original estructura combina elementos románicos, góticos y modernistas, creando un conjunto único y sorprendente, construido principalmente con materiales locales como el granito y la pizarra.
En su exterior, llama la atención la imponente torre de 52 metros, que recuerda a las de los castillos medievales. Pero no llaman menos la atención los detalles escultóricos que adornan la fachada, como rosetones, arcos y vanos.
Ya en su interior, la luz natural se filtra a través de numerosos puntos, creando un juego de sombras y luces que realza la belleza de la piedra. La rotonda del crucero, con sus ocho columnas octogonales y arcos parabólicos, es también un espacio de gran belleza y simbolismo.
Y si bien de día el Templo de la Veracruz es un espectáculo para la vista, al caer la noche se transforma en un escenario aún más impresionante. La luz artificial ilumina su fachada de granito, resaltando cada detalle arquitectónico y creando un contraste que acentúa su majestuosidad.
Pero el Templo de la Veracruz todavía esconde más secretos, ya que custodia en su interior el Lignum Crucis, un fragmento de la Cruz de Cristo, traída desde Tierra Santa. Fue precisamente esta reliquia sagrada una de las razones de ser del templo, concebido desde su origen como un lugar de peregrinación que atrajera a devotos de toda la región.
Horario de visita del templo
Si quieres visitar la Iglesia de la Veracruz y entrar en su interior, ya sea para asistir a un acto de culto o simplemente para admirar su impresionante arquitectura, te interesará saber que abre los 365 días del año en horario de 10:30 a 20:00 horas.
En la propia web de la Unidad de Atención Parroquial de O Carballiño puedes encontrar información de primera mano sobre los horarios de visitas y los servicios religiosos.
¿Cómo llegar al Templo de la Veracruz?
Esta magnífica construcción se encuentra en pleno corazón de O Carballiño, a un paso del casco antiguo, por lo que es fácilmente accesible una vez llegues a la villa. Y llegar a O Carballiño es sencillo, ya que se encuentra a tan solo 25 minutos de Ourense, a 50 minutos de Santiago de Compostela y a poco más de una hora de Vigo.
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