¿Qué hacer en Galicia cuando llueve? Esa es la pregunta inevitable que ronda a muchos viajeros cuando planean su escapada a nuestro verde paraíso atlántico.
Y es que, aunque Galicia no es el lugar más lluvioso del mundo, tal como está instalado en el imaginario colectivo, la lluvia forma parte de nuestra esencia. ¿Como, si no, podríamos tener estos paisajes de ensueño?
Y si, el cambio climático ha alterado los patrones, pero la lluvia sigue siendo una compañera frecuente, especialmente en otoño e invierno. No obstante, no te preocupes, porque Galicia ofrece un sinfín de posibilidades para disfrutar incluso en los días grises.
Así que ya sabes, la próxima vez que la lluvia te sorprenda en Galicia, que no te agüe la fiesta. En este artículo te vamos a dar algunas ideas para que disfrutes al máximo de tu viaje, llueva o truene. ¡No pierdas detalle!
10 cosas que hacer en Galicia cuando llueve
En lugar de quedarte encerrado en el hotel, te invitamos a descubrir cómo la lluvia puede enriquecer tu experiencia. Aquí te dejamos con una completa lista de 10 cosas que hacer en Galicia cuando llueve.
Visitar museos
Si hay un plan típico que hacer en un día de lluvia ese es sin duda visitar museos. Y, por suerte, a lo largo y ancho de la geografía gallega tenemos muchos y muy buenos.
En Santiago de Compostela, el Museo do Pobo Galego es una parada obligatoria para sumergirse en la rica cultura e historia gallegas. Sin salir de la capital gallega, el Centro Galego de Arte Contemporánea es ideal para los amantes del arte, mientras que el Museo de Historia Natural sorprende con su extensa colección.
Más al sur, en la provincia de Pontevedra, el Museo do Mar de Galicia, en la ciudad de Vigo, invita a descubrir los secretos del mundo marino y la tradición pesquera gallega. Y en la capital pontevedresa, es parada imprescindible el Museo de Pontevedra, que destaca por su interesante colección de objetos históricos y obras de arte.
Para los entusiastas de la ciencia, A Coruña es el destino perfecto. La Domus, un museo interactivo dedicado al cuerpo humano y el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, ofrecen experiencias que desafían la mente y despiertan la curiosidad.
Además, los más curiosos o los que busquen algo diferente, encontrarán museos tan singulares como el Museo do Humor en Fene, el Museo de la Moda en Allariz, el Museo do Viño de Ribadavia, la Casa do Patrón en Lalín, el Museo de Magia Kiko Pastur en Santiago o el Museo Estrella Galicia (MEGA) en A Coruña.
Ir de tapas
Que en Galicia se come bien no debería sorprender a nadie a estas alturas. Y una de las mejores formas de disfrutar de la gastronomía gallega es ir de tapeo.
Y es que las tapas aquí son un arte, destacando por la calidad de sus productos. Lo mejor de todo es que, en muchos locales, las tapas son gratuitas con la consumición, una tradición que se mantiene viva en gran parte de la comunidad.
Aunque es una práctica general en la mayoría de lugares de Galicia, sin duda los referentes en el mundo del tapeo gratuito son Lugo y Santiago de Compostela, ya que en ambas ciudades es una seña de identidad de la hostelería local.
Y no hablamos solo de las típicas aceitunas o patatas fritas. El tapeo en Galicia es de calidad y contundente. Callos, oreja, lacón, tortilla, ensaladilla, pimientos de Padrón… Será por variedad y calidad en nuestra tierra.
Y no creas que la generosidad se limita a la primera ronda. En Galicia, el compromiso con la tapa se mantiene con cada consumición. Dos vinos, dos tapas; tres cervezas, tres tapas…
Incluso si decides comer o cenar y pides una bebida mientras esperas en la barra, tendrás tu correspondiente tapa. Así es que, no te extrañes si sales cenado después de un buen «tour» de bares.
Más allá del tapeo, comer en Galicia forma parte de la experiencia al visitar nuestra tierra. En días fríos, nada reconforta más que un buen caldo, un cocido o un churrasco. Pero ojo, hay normas no escritas que conviene seguir: si visitas Galicia en meses con «r», aprovecha para degustar el mejor marisco, pues se dice que está en su punto óptimo.
Por supuesto, acompaña tu comida con un buen vino con Denominación de Origen y remata la faena con un licor café o crema de orujo, a poder ser, caseros. No solo te lo recomendamos porque son deliciosos, sino que son el mejor antídoto para combatir el frío y la humedad.
Pasear por Santiago
Puede incluso parecer irónico, la verdad, ya que en un día de lluvia lo que menos apetece es mojarse. Pero es que, pasear por Santiago bajo la lluvia, tiene un encanto especial. Y es que ya se sabe eso de que en Santiago «a chuvia é arte». Las calles mojadas, el repiqueteo de la lluvia cayendo sobre las piedras… crean una atmósfera mágica.
Además, lo mejor de todo es que el centro histórico de Santiago de Compostela se caracteriza por tener varias calles con soportales por lo que, armados con un buen paraguas, dar un paseo es un placer que se disfruta. Y mucho.
La rúa do Vilar y la rúa Nova son las dos calles del casco antiguo de Santiago que pueden recorrerse casi por completo a cubierto, sin mojarse. De paso, podrás curiosear los escaparates de las tiendas de artesanía y joyerías, además de buscar el souvenir perfecto para familia y amigos.
Pero no son las únicas, ya que el Cantón do Toural, la Praza de Cervantes, la Praza da Quintana y la impresionante Praza do Obradoiro también se distinguen por sus soportales. Y créenos, ver la Catedral reflejada en los charcos es una experiencia que no olvidarás.
Dormir en una cabaña en medio del bosque
Sin duda, uno de los mejores planes que hacer en Galicia cuando llueve es alojarse en una cabaña en el bosque. Y es que es una experiencia mágica ideal para conectar de forma profunda con la naturaleza.
Además, muchas de estas cabañas cuentan con jacuzzi, lo que convierte el momento de disfrutar de un relajante baño mientras la lluvia cae fuera en una experiencia inolvidable. Y, ¿por qué no aprovechar también para leer un libro al calor del fuego de la chimenea?
Afortunadamente, para dormir en una cabaña en el bosque en Galicia hay muchas opciones, pues nuestra comunidad destaca por tener la mayor cantidad de este tipo de alojamientos singulares en España. Desde cabañas rústicas hasta refugios más lujosos, las opciones son variadas y se adaptan a diferentes gustos y presupuestos.
Dormir en un faro
Una experiencia única en Galicia es pasar la noche en un faro, especialmente en días lluviosos. Y es que estos guardianes del mar ofrecen un refugio único para todos aquellos que buscan una escapada diferente.
El Faro de Illa Pancha, en la Mariña Lucense, fue uno de los primeros en transformarse en un alojamiento con encanto, brindando a los visitantes la oportunidad de sumergirse en la historia mientras disfrutan de las comodidades de hoy en día.
Pero no es el único. El Faro de Lariño de Carnota, O Semáforo de Fisterra y O Semáforo de Bares en Mañón son otras opciones con las que te aseguramos que acertarás.
Cada uno de estos faros ofrece una experiencia singular, permitiendo a los huéspedes desconectar del mundo, relajarse y maravillarse ante la inmensidad del Atlántico. Y todo ello desde una perspectiva privilegiada. Sin duda, una de las mejores cosas que hacer en Galicia cuando llueve.
Maravillarse con la fuerza del mar
Contemplar el espectáculo de la bravura del mar en un día de temporal es, sin duda alguna, una de los mejores planes que hacer en Galicia con lluvia.
Olas gigantescas rompiendo contra los acantilados, el viento racheado azotando la costa… Créenos, es una experiencia que deja sin palabras. Eso sí, como reza una típica expresión gallega, hay que hacerlo con «sentidiño».
Busca siempre un lugar seguro cercano al mar, pero lejos del alcance de las olas. Y no te pongas en riesgo por sacar una foto o vídeo, porque no vale la pena. ¡No queremos que salgas en las noticias!
La Costa da Morte, con sus salvajes acantilados testigos de cientos de naufragios, es un escenario perfecto para contemplar este espectáculo de la naturaleza en su máximo esplendor.
Pero no es el único lugar. El Paseo Marítimo de A Coruña, Cabo Home, Estaca de Bares o los majestuosos acantilados de A Capelada, los más altos de la Europa continental, también ofrecen vistas impresionantes que quedarán grabadas en tu retina.
Relajarse en termas, balnearios o spas
Otro de los planazos que hacer en Galicia cuando llueve es acudir a las termas para sumergirse en sus cálidas aguas y dejarse mimar por sus propiedades terapéuticas.
Ourense, la capital termal de Galicia, es un destino obligado para los amantes del termalismo. Ya los romanos disfrutaban de sus beneficiosas aguas, y hoy en día la ciudad y sus alrededores ofrecen una amplia variedad de opciones, desde pozas al aire libre hasta modernos balnearios.
Las Termas de Outariz, a orillas del río Miño, son un auténtico paraíso termal. Pero no son las únicas ya que, cerca de Ourense ciudad, están las Termas de Prexigueiro y las Termas de Chavasqueira. Y si buscas una opción gratuita, no te pierdas las Termas de As Burgas, un espacio histórico en el corazón de la capital ourensana.
Pero las termas y balnearios no se limitan a Ourense. En la provincia de Pontevedra, Mondariz, Cuntis y Caldas de Reis son villas termales con una larga tradición, mientras que en A Coruña, Brión, dispone de un moderno balneario ideal para un día de relax.
Por otro lado, otra buena opción para sobrellevar un día de lluvia en Galicia son los spas que, aunque no tienen aguas mineromedicinales, ofrecen una amplia gama de tratamientos y servicios diseñados para el relax y el bienestar.
Desde saunas y baños de vapor hasta cabinas de hielo, duchas peeling, camas de agua y sillones de burbujas, los spas gallegos ofrecen un mundo de posibilidades para desconectar del mundo y renovar energías
Visitar una bodega
Visitar bodegas es una excelente actividad que hacer en Galicia cuando llueve. Con seis denominaciones de origen, el enoturismo está en auge, ofreciendo múltiples opciones para los amantes del vino.
Las Rías Baixas, con su afamado vino Albariño, son un destino de referencia. Cambados, epicentro de esta denominación de origen y escenario de una de las fiestas gastronómicas más importantes de Galicia, es una visita obligada.
Bodegas como Remesal o Terras Gauda en O Rosal, Martín Códax en Cambados o Mar de Frades en Vilagarcía de Arousa abren sus puertas para que los visitantes puedan ver sus viñedos, conocer el proceso de elaboración y, por supuesto, disfrutar de una cata.
La Ribeira Sacra, con sus viñedos en terrazas que desafían la gravedad, es otro destino imprescindible. Allí, además de visitar bodegas, podrás embarcarte en un catamarán y recorrer los cañones del Sil, una experiencia inolvidable incluso con lluvia, ya que disfrutarás del paisaje desde la comodidad de una embarcación cubierta.
Hacer turismo subterráneo
Uno de los planes más originales que hacer en Galicia un día de lluvia es el turismo subterráneo, en este caso arqueológico. Y es que esta actividad ofrece una fascinante oportunidad para descubrir la historia oculta bajo los pies.
En Lugo, la antigua Lucus Augusti, se pueden explorar yacimientos arqueológicos que revelan el pasado romano de la ciudad. La Domus del Mitreo, con sus impresionantes restos de una casa romana y un templo dedicado a Mitra, junto con la Casa de los Mosaicos, permiten a los visitantes viajar 2.000 años atrás en el tiempo.
Por otro lado, en Vigo, el centro Salinae ofrece una experiencia única. Situado bajo la calle Rosalía de Castro, en pleno Arenal, alberga la única salina marina de evaporación solar conservada y musealizada del Imperio Romano. Esta instalación permite sumergirse en la vida cotidiana y la industria de salazón de los siglos I-III d.C.
Conocer castillos y pazos
Descubrir el legado histórico y el patrimonio de los lugares que visitamos es siempre un buen plan en un día de lluvia. Y en tierras gallegas no iba a ser menos tampoco.
Y si bien probablemente Galicia no sea el primer destino que viene a la mente cuando hablamos de castillos, lo cierto es que, pese a que muchos sufrieron los embates de la historia, todavía quedan un buen número de ellos en pie que se pueden visitar.
Entre los más destacados se encuentran el Castillo de Vimianzo, localizado en la Costa da Morte; el Castillo de Castro Caldelas en la Ribeira Sacra; y el Castillo de Soutomaior, cerca de Vigo. En entornos urbanos, merece la pena visitar el Castillo de San Antón en A Coruña y el de San Felipe en Ferrol.
Los pazos, antiguas residencias señoriales, son otra muestra del rico patrimonio arquitectónico gallego. El Pazo de Oca, con sus jardines laberínticos, y el Pazo de Mariñán transportan al visitante a otra época. Ambos forman parte de la Ruta de la Camelia, que es también un buen plan que hacer en Galicia cuando llueve.
Además, muchos de ellos se han convertido en hoteles con encanto, por lo que permiten vivir la experiencia de dormir en un pazo en Galicia y disfrutar de una estancia de lujo sintiéndose como un auténtico noble. El Pazo da Pena, en Manzaneda, o la Casa Grande de Rosende son solo algunos ejemplos.
Así que ya sabes, si la lluvia te sorprende en tus vacaciones en Galicia, aprovecha el momento para descubrir la historia y la belleza de sus castillos y pazos.
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